jueves, 30 de enero de 2014

Paquetes, buses y cheesecakes

Resulta que mis señores padres siempre me mandan algo por mi cumpleaños pero, esta vez, vino el cartero a las 8 de la mañana y, como estaba dormida, pues no me enteré. Hasta ahí todo normal. Pero el recibo era un poco raro... y yo no sabía dónde ir a buscar el paquete, así que pregunté en Sollentuna Centrum (enfrente de donde voy al "cole") y ahí me dijeron que no, que era en Häggvik. Tras consultar a San Google Maps constato para mi sorpresa que han mandado mi regalo a la "central de correos para empresas". No me preguntéis por qué, porque yo tampoco tengo ni idea.
Decidí dejarlo para ayer (teniendo en cuenta que todo esto pasó el martes)y tomármelo con calma. Gracias a Zeus hay un autobús que para al ladito de mi casa y me deja bastante cerca del sitio en cuestión. Lo malo, tiene una frecuencia terrorífica: solo hay entre las 3 y las 6 de la tarde y cada media hora o mas. Así que cogí el primer bus que pasaba y me bajé en Klasro, una parada que es básicamente un palo con un cartel. Cuesta arriba, parque empresarial en medio de la nada, recoger paquete, firmar y adiós. Hasta ahí todo en orden. Consulto otra vez el oráculo de SL y pone que en 20 minutos pasa otra vez el 537. Bueno, no está mal, entre que bajo la cuesta y cruzo la carretera se pasa un rato, -pensé yo para mis adentros-. El paseo con la caja en brazos fue mas rápido de lo que yo pensaba y en los 10-12 minutos que estuve esperando me congelé un poquito. Pese a que estaba escuchando pachanga y bailando comedidamente el chándal y las zapatillas no eran un buen atuendo cuando hay -3ºC. Al cabo de un rato veo pasar un bus 537 en SENTIDO CONTRARIO y sospecho que la he liado parda. Efectivamente, había mirado ese bus en lugar del que va a mi casa que tardaría otros 15 minutos. Congelada a la par que cabreada recojo mi paquete y decido aprovechar ese cuarto de hora para ir paseando hasta la anterior parada, que tiene tres "paredes" y estás mas protegido del viento. El paquete pesaba lo suyo y yo no tenía bolsa donde meterlo ni cabía en la mochila. De un brazo a otro, en la cadera... al final lo más cómodo fue llevarlo cual tarta. Echo a andar y cuando llego al cruce compruebo para mi fastidio que tengo que dar un rodeo porque no hay paso subterráneo justo por donde pensaba cruzar. Así que me toca dar una buena vuelta, escurrirme entre coches de un aparcamiento, girar entre la trasera de las macro-tiendas hasta que vislumbro al fondo la carretera de nuevo. Y cuando me quedan escasos 200m para llegar... veo pasar mi autobús. 
El frío esta vez gana al cabreo y, como ya no tiene remedio la cosa, me meto en "Elgiganten" (una tienda estilo MediaMarkt, donde encuentras desde una lavadora a una pantalla plana) para calentarme un poco las manos que se me han quedado como los pies de Cristo. Vuelvo a consultar el oráculo de transportes y esta vez la espera es de 25 minutos. Me cago mentalmente en todo lo mas barrido y decido entrar a la tienda para pasar el rato y comprar una bolsa para cargar con la caja mas cómodamente. Así que meto el paquete en una taquilla y me paseo entre cafeteras. Estando en ello me acuerdo de la tarta de queso que hice la semana pasada y lo que me dolía el brazo de tanto batir, así que me da un arrebato y me compro un batidor eléctrico de varillas. Así, sin mas. A la que salgo compro también una bolsa bien grande para el muy paseado paquete. Decido esperar lo que quede en la parada porque ya no puede ser mucho pero, otros diez minutos con el aire dejando mis piernas cual palitos de merluza, no me los quitaba nadie. Por fin llega el maldito autobús y me siento sin quitarme ni los guantes intentando entrar en calor. 
Llegué a casa sana y salva. Solo espero no haberme cogido un catarro o una cistitis después de la aventura. 
Y después de contaros toda la peripecia y, como tengo un batidor nuevo estupendo, os voy a traducir la receta de tarta de queso aquí mismito:


CHEESECAKE (EN FRÍO, SIN HORNO)

Ingredientes: 

  • 3 huevos
  • 150ml de azúcar (si tenéis una jarra medidora es fácil atinar con estas medidas raras de líquidos en sólidos)
  • 2 cucharaditas de azúcar vainillado
  • 200g de queso Philadelphia o similar
  • 300ml de nata líquida para montar
  • Galletas "digestive"
  • Lo que queráis ponerle por encima o para darle sabor: ralladura de limón, frutas del bosque, zumo de naranja... lo que os parezca. 
Se necesitan un montón de boles y cacharros. Primero, separamos las claras de las yemas. Montamos las claras hasta que quede una espuma estupenda que casi se queda pegada si le damos la vuelta al cacharro. 
En otro cacharro, batimos las yemas con el azúcar y el vainillado. Añadir a la mezcla de yemas el queso Philadelphia y mezclarlo bien. 
En otro bol aparte, montar la nata como si la fuéramos a comer con fresas, por ejemplo. Después, mezclar la nata con la mezcla de yemas y queso.
Todo esto se puede hacer con batidor eléctrico si se quiere. 
El paso final es mezclar CON CUIDADO la espuma de las claras con lo demás. Esto sin batir, con una cuchara. Si se quiere añadir algún sabor a la tarta se le echa ahora al final la ralladura de limón, los trozos de fruta... lo que queráis. 
En un molde redondo de bizcocho de los que se pueden desmontar ponemos las galletas hechas migas en el fondo. Después se pone la masa de la tarta encima y si se quiere, mas polvo de galleta por encima. 
Se mete al congelador mínimo 5 horas y se saca media hora antes de que te la vayas a comer. Yo en ese rato la decoré con arándanos y frambuesas congeladas que había dejado descongelar un poco antes. 
Que aproveche! 

lunes, 20 de enero de 2014

Día tonto

Feliz año nuevo! Casi un mes después... ejem ejem...

Como siempre, he estado inmersa en la vagancia escritora. Hoy, aprovechando que tengo el día tonto y sin ganas de hacer nada, escribir en el blog es una excusa estupenda para no pasar la aspiradora. 

Con muuucho retraso ha llegado por fin el invierno a Estocolmo. Hay nieve y grados negativos contínuos, que es lo que toca. Yo ya había perdido la esperanza de verlo todo blanco así que ha sido una agradable sorpresa. 

Como diría la pequeña gran E, ya está aquí la ola de frío que encargas siempre por tu cumpleaños!. Y es que la menda lerenda está de cumple la semana que viene y un cumple en enero sin frío es como un jardín sin flores. Si además hay nieve... ¡doble regalo!.  

De las navidades me traje, además de un par de kilos de jamón en lonchas, los regalos de la familia. Entre ellos el mas especial y con moraleja el de mi hermano: una guía de la novela negra con los mejores autores de todos los tiempos y un "método" sobre cómo escribir un thriller. Y aquí viene la cuestión: me ha puesto de deberes un primer borrador de mínimo 200 páginas antes de mayo. Estoy un poco "acojongojada" (bonita palabra, no recuerdo cúando ni dónde la inventamos) porque no sé si seré capaz de completar la misión. De momento sigo leyendo novela negra a ver si me inspiro... 

Qué mas os cuento... sigo con mi día tonto. Sigo intentando despegarme del ordenador pero el Candy Crush me mira con ojitos de querer. Como "la rubia", que es experta en poner ojitos y carita de cándida. 

Hale, otro rato os escribo algo con mas sustancia. Voy a seguir con mi día tonto. Candy Crush, biografía de Stieg Larsson o un thriller? Mmmm...