jueves, 30 de enero de 2014

Paquetes, buses y cheesecakes

Resulta que mis señores padres siempre me mandan algo por mi cumpleaños pero, esta vez, vino el cartero a las 8 de la mañana y, como estaba dormida, pues no me enteré. Hasta ahí todo normal. Pero el recibo era un poco raro... y yo no sabía dónde ir a buscar el paquete, así que pregunté en Sollentuna Centrum (enfrente de donde voy al "cole") y ahí me dijeron que no, que era en Häggvik. Tras consultar a San Google Maps constato para mi sorpresa que han mandado mi regalo a la "central de correos para empresas". No me preguntéis por qué, porque yo tampoco tengo ni idea.
Decidí dejarlo para ayer (teniendo en cuenta que todo esto pasó el martes)y tomármelo con calma. Gracias a Zeus hay un autobús que para al ladito de mi casa y me deja bastante cerca del sitio en cuestión. Lo malo, tiene una frecuencia terrorífica: solo hay entre las 3 y las 6 de la tarde y cada media hora o mas. Así que cogí el primer bus que pasaba y me bajé en Klasro, una parada que es básicamente un palo con un cartel. Cuesta arriba, parque empresarial en medio de la nada, recoger paquete, firmar y adiós. Hasta ahí todo en orden. Consulto otra vez el oráculo de SL y pone que en 20 minutos pasa otra vez el 537. Bueno, no está mal, entre que bajo la cuesta y cruzo la carretera se pasa un rato, -pensé yo para mis adentros-. El paseo con la caja en brazos fue mas rápido de lo que yo pensaba y en los 10-12 minutos que estuve esperando me congelé un poquito. Pese a que estaba escuchando pachanga y bailando comedidamente el chándal y las zapatillas no eran un buen atuendo cuando hay -3ºC. Al cabo de un rato veo pasar un bus 537 en SENTIDO CONTRARIO y sospecho que la he liado parda. Efectivamente, había mirado ese bus en lugar del que va a mi casa que tardaría otros 15 minutos. Congelada a la par que cabreada recojo mi paquete y decido aprovechar ese cuarto de hora para ir paseando hasta la anterior parada, que tiene tres "paredes" y estás mas protegido del viento. El paquete pesaba lo suyo y yo no tenía bolsa donde meterlo ni cabía en la mochila. De un brazo a otro, en la cadera... al final lo más cómodo fue llevarlo cual tarta. Echo a andar y cuando llego al cruce compruebo para mi fastidio que tengo que dar un rodeo porque no hay paso subterráneo justo por donde pensaba cruzar. Así que me toca dar una buena vuelta, escurrirme entre coches de un aparcamiento, girar entre la trasera de las macro-tiendas hasta que vislumbro al fondo la carretera de nuevo. Y cuando me quedan escasos 200m para llegar... veo pasar mi autobús. 
El frío esta vez gana al cabreo y, como ya no tiene remedio la cosa, me meto en "Elgiganten" (una tienda estilo MediaMarkt, donde encuentras desde una lavadora a una pantalla plana) para calentarme un poco las manos que se me han quedado como los pies de Cristo. Vuelvo a consultar el oráculo de transportes y esta vez la espera es de 25 minutos. Me cago mentalmente en todo lo mas barrido y decido entrar a la tienda para pasar el rato y comprar una bolsa para cargar con la caja mas cómodamente. Así que meto el paquete en una taquilla y me paseo entre cafeteras. Estando en ello me acuerdo de la tarta de queso que hice la semana pasada y lo que me dolía el brazo de tanto batir, así que me da un arrebato y me compro un batidor eléctrico de varillas. Así, sin mas. A la que salgo compro también una bolsa bien grande para el muy paseado paquete. Decido esperar lo que quede en la parada porque ya no puede ser mucho pero, otros diez minutos con el aire dejando mis piernas cual palitos de merluza, no me los quitaba nadie. Por fin llega el maldito autobús y me siento sin quitarme ni los guantes intentando entrar en calor. 
Llegué a casa sana y salva. Solo espero no haberme cogido un catarro o una cistitis después de la aventura. 
Y después de contaros toda la peripecia y, como tengo un batidor nuevo estupendo, os voy a traducir la receta de tarta de queso aquí mismito:


CHEESECAKE (EN FRÍO, SIN HORNO)

Ingredientes: 

  • 3 huevos
  • 150ml de azúcar (si tenéis una jarra medidora es fácil atinar con estas medidas raras de líquidos en sólidos)
  • 2 cucharaditas de azúcar vainillado
  • 200g de queso Philadelphia o similar
  • 300ml de nata líquida para montar
  • Galletas "digestive"
  • Lo que queráis ponerle por encima o para darle sabor: ralladura de limón, frutas del bosque, zumo de naranja... lo que os parezca. 
Se necesitan un montón de boles y cacharros. Primero, separamos las claras de las yemas. Montamos las claras hasta que quede una espuma estupenda que casi se queda pegada si le damos la vuelta al cacharro. 
En otro cacharro, batimos las yemas con el azúcar y el vainillado. Añadir a la mezcla de yemas el queso Philadelphia y mezclarlo bien. 
En otro bol aparte, montar la nata como si la fuéramos a comer con fresas, por ejemplo. Después, mezclar la nata con la mezcla de yemas y queso.
Todo esto se puede hacer con batidor eléctrico si se quiere. 
El paso final es mezclar CON CUIDADO la espuma de las claras con lo demás. Esto sin batir, con una cuchara. Si se quiere añadir algún sabor a la tarta se le echa ahora al final la ralladura de limón, los trozos de fruta... lo que queráis. 
En un molde redondo de bizcocho de los que se pueden desmontar ponemos las galletas hechas migas en el fondo. Después se pone la masa de la tarta encima y si se quiere, mas polvo de galleta por encima. 
Se mete al congelador mínimo 5 horas y se saca media hora antes de que te la vayas a comer. Yo en ese rato la decoré con arándanos y frambuesas congeladas que había dejado descongelar un poco antes. 
Que aproveche! 

lunes, 20 de enero de 2014

Día tonto

Feliz año nuevo! Casi un mes después... ejem ejem...

Como siempre, he estado inmersa en la vagancia escritora. Hoy, aprovechando que tengo el día tonto y sin ganas de hacer nada, escribir en el blog es una excusa estupenda para no pasar la aspiradora. 

Con muuucho retraso ha llegado por fin el invierno a Estocolmo. Hay nieve y grados negativos contínuos, que es lo que toca. Yo ya había perdido la esperanza de verlo todo blanco así que ha sido una agradable sorpresa. 

Como diría la pequeña gran E, ya está aquí la ola de frío que encargas siempre por tu cumpleaños!. Y es que la menda lerenda está de cumple la semana que viene y un cumple en enero sin frío es como un jardín sin flores. Si además hay nieve... ¡doble regalo!.  

De las navidades me traje, además de un par de kilos de jamón en lonchas, los regalos de la familia. Entre ellos el mas especial y con moraleja el de mi hermano: una guía de la novela negra con los mejores autores de todos los tiempos y un "método" sobre cómo escribir un thriller. Y aquí viene la cuestión: me ha puesto de deberes un primer borrador de mínimo 200 páginas antes de mayo. Estoy un poco "acojongojada" (bonita palabra, no recuerdo cúando ni dónde la inventamos) porque no sé si seré capaz de completar la misión. De momento sigo leyendo novela negra a ver si me inspiro... 

Qué mas os cuento... sigo con mi día tonto. Sigo intentando despegarme del ordenador pero el Candy Crush me mira con ojitos de querer. Como "la rubia", que es experta en poner ojitos y carita de cándida. 

Hale, otro rato os escribo algo con mas sustancia. Voy a seguir con mi día tonto. Candy Crush, biografía de Stieg Larsson o un thriller? Mmmm... 

martes, 12 de noviembre de 2013

Crímenes bajo la lluvia

Hace un día que da miedo salir a la calle: están cayendo chuzos de punta. Y no solo eso, está tan oscuro que estoy en casa, a las 12 de la mañana con la luz encendida y un par de velitas. Como diría Eme... ¡Dios mío llévame pronto! Llévame pero a España, porque... ¡¡este noviembre Estocolmiano me está matando!!.

En un día así no da ninguna gana de salir a la calle. Y más sin un motivo de peso, como el ir a trabajar. Aunque muchos ni eso han podido: esta temporada los de SL (transporte público de Estocolmo http://sl.se/) empiezan colapsándose antes de las nevadas e incluso aún antes de que hiele. Manda huevos. Mucha gente criticó la publicidad que habían hecho con un trenecito feliz en la nieve y una frase que rezaba algo así como "nosotros funcionamos con cualquier tipo de tiempo". 


Juas! No se lo creen ni ellos! 

Tendríamos que denunciarlos por publicidad engañosa. Todos los años la pifian antes o después. El 2013 ha sido antes. 


Con este panorama una se plantea las opciones de entretenimiento de puertas para adentro -¡toma ya! ¡He hecho una rima!-. 

Mi tendencia general es sumergirme en alguna novela de ese género que los suecos saben hacer tan bien y han bautizado como "deckare" (palabra inventada a partir de una abreviatura que viene de detective): un lugar determinado de Suecia, crímenes terribles, la policía desesperada por resolverlos... ahora mismo estoy terminando una y, aunque ya se sabe quien es el asesino, no saben cómo encontrarlo. Así que queda emoción para las últimas páginas. 
En el Facebook empecé un "club de lectura" en sueco e inglés. Tengo que ver cuales están traducidos al español para recomendaros pero puedo empezar por los más famosos. Estos son bien conocidos en España y fáciles de encontrar: 
  • Henning Mankell con su comisario Wallander en Ystad, al sur de Suecia. El primer libro de la serie se llama en español "Asesinos sin rostro". Acabo de confirmar para mi sorpresa que los títulos son traducciones literales del sueco. Bien bien, normalmente nos cargamos impunemente títulos de libros y películas con traducciones espantosas. 
  • Camilla Läckberg escribe sobre Fjällbacka, en la costa oeste. Los protagonistas de sus novelas son una pareja de escritora y policía que colaboran a la hora de resolver crímenes. El primer libro de la serie se llama "La princesa de hielo" y es el único que ha mantenido el título original. El resto no tienen nada que ver con su título sueco que, en mi opinión, tienen mucho mas sentido.
  • Åsa Larsson se crió en Kiruna, Laponia, y sus historias están ambientadas ahí arriba y tiene por protagonista a Rebecka Martinssonabogada que se ve envuelta en cosas "muy chungas". Cuando empecé a leer "deckare" en español pensaba que esta autora era la mas "bestia" pero ahora que puedo leerlos en sueco hay otros escritores todavía mas "enfermos". A menudo me pregunto cómo se les pueden ocurrir esas historias tan terribles. Mi hermano diría que es la oscuridad y el aburrimiento, que hacen que la gente aquí se vuelva loca. No le falta razón...


Ya que estoy hoy tan aburrida voy a investigar un poco las traducciones de los autores que me tienen ahora enganchada. 

Quien me tiene ahora mas entretenida con sus historias es Mons Kallentoft. Veo en su página web que su primera novela en la serie de Malin Fors (la comisaria "prota") se publicó en 2010 en español como "Sacrificio de invierno". Yo estoy ahora terminando el segundo libro y cada vez me cae mejor Malin Fors y la forma en que Mons modela a sus personajes: no hay buenos buenísimos ni malos malísimos. Hay gente real, con su lado bueno y su lado malo, sus "comidas de coco" y sus debilidades. 
Al principio me resultó extraño y no le veía la gracia al hecho de que en cursiva nos hable el "espíritu" de las víctimas pero la verdad es que consigue que nos "metamos" mas en la historia. Quizás despierta la empatía general, quien sabe. A partir del segundo libro no encontraréis traducciones al español pero están todos en inglés, por si os interesa. 

Uno de los grandes descubrimientos en este género ha sido para mí Lars Kepler. Empecé por el último libro, un regalo de mis cuñados que me hizo "flipar en colores" con los vericuetos de la historia y me animó a leerme los otros tres libros anteriores. El primer libro, titulado "El hipnotizador" se llevó al cine como "El hipnotista" y llegó a la cartelera española el año pasado pero las críticas no fueron muy buenas y pasó sin pena ni gloria. No he visto la película, así que no puedo opinar. Los libros no se han traducido al español, pero sí al francés el primero y al inglés todos. Su página web está en versión inglesa, por si le queréis echar un vistazo: http://www.larskepler.com/en/.

Creo que por hoy tenéis bastantes "deberes" de lectura con lo que os he contado. Y yo he pasado un rato entretenido mientras os escribía. 
Afuera sigue lloviendo y no tiene pinta de que vaya a cambiar de tercio. Así que buscad un buen libro, una mantita, "arrebujaros" en el sofá bajo la luz de la lámpara y disfrutad de lo que viene escondido en esas páginas. 

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Envidia cochina

Mas de un año después de mi último post (mas dos incluso!), una amiga ha reabierto uno de sus blogs y me ha dado una "mijinina" de envidia y he decidido asomar la cabeza por mi "zombie-blog" (si, está como muerto pero sin estarlo). Me encuentro con que han cambiado desde la página de bienvenida hasta la forma de escribir. ¡Madre del amor hermoso!.
Yo que no me acuerdo ni del tipo de letra que solía usar... esto va a ser más difícil que encontrar un picardías mono para Falete.

En fin... y qué demonios escribo? Quizás una actualización de vicisitudes. Así como escueta.
Aún en Suecia. Hasta ahí lo que no ha cambiado. El resto, todo del revés: 

  • Con pareja estable y viviendo juntos (quién me lo iba a decir a mí, "wild thing" donde las hubiera!).
  • Hablando sueco aceptablemente (mientras mis otros idiomas se van al carajo).
  • Viviendo en el extrarradio (algo así como Colmenar Viejo respecto a Madrid).
  • Dedicándome a "mis labores" (y tratando de solventarlo pero, no es tan fácil como parece). 
Con lo que yo soy de soltar parrafadas (y de escribirlas, obviamente) esto parece poco... 
Resumen de mi actividad cerebral reciente:
  • Odio el otoño. Es una estación coñazo en la que si mantienes los pies secos se te mojan los vaqueros y viceversa. Y si no se moja ninguno de los dos es que llevas katiuskas y se te quedan los pies helados. 
  • Deberíamos tener compartimentos en la cabeza para cada idioma. Igual que el cajón de las bragas y el cajón de los calcetines. Así no se me mezclaría el inglés con el sueco ni me saldrían "escupitajos" de español cuando estoy cansada. 
  • A mi estómago no le gustan las salchichas alemanas. Eso, o estaban revenidas. Al bar de ayer solo a beber cerveza!!. 
  • Tengo que buscarme a alguien que me arrastre al gimnasio. Lo de tener que coger un tren para llegar le resta puntos a mi ya de por sí escasa motivación. 
  • Que se haga de noche a las 4 de la tarde es un horror. Más bien un HORROR. Cómo hice para no morirme del asco los tres inviernos anteriores?.
  • El té es mi mejor amigo. Hasta dos litros al día me convierten una meona recalcitrante pero mantienen mis riñones como una patena. 
  • Mi cordura sigue en el mismo estado de siempre, es decir, ausente. 
  • Los godis (las gominolas) son un invento del diablo que los ha puesto ahí para joderme los dientes y redondear aún mas mi enorme culo. 
  • Las navidades están para volver a casa, hincharse de cervezas con los colegas y de marisco con la familia. ¡Dios bendiga a las navidades!.
  • Se nota que ha venido el frío porque se me están quedando los dedos tiesos de teclear y los pies como los de Cristo. 
  • Soy taaaaan feliz cuando pongo la tele y no necesito buscar subtítulos que me dan ganas de bailar por el salón. Pero el viejo de enfrente ya tiene demasiada información. 
  • Por fin he entendido la importancia de las velas. Me han hecho falta tres inviernos y muchos fredagsmys
  • Hoy es miércoles, día de Odín y yo estoy esperando a Thor. 
  • Por qué le llaman morgonrock (literalmente gabardina/abrigo de por las mañanas) si se puede llevar todo el día? Es mucho mas lógico llamarlo bata, como en español, porque albornoz implica usarlo solo después de la ducha. En ese caso el mío es un "batanoz". Y lo que abriga oye!.
Creo que mi cabeza se ha ido por otros andurriales con la musiquita tan mona y engatusadora que ha subido L. al Facebook así que nada majos, os dejo hasta la próxima. Espero que sea antes de un año... 







jueves, 5 de enero de 2012

Año nuevo...fin del mundo?

Esperemos que no. Corren por ahí rumores de que los mayas había predicho el fin del mundo en el 2012... ¡y yo con estos pelos!. Seamos positivos y esperemos que sea por lo menos en el 2013, que árboles he plantado alguno, pero me falta escribir un libro y tener un crío... y no me va a dar tiempo a todo en un año. 

Aquí me hallo de nuevo en las Suecias tras unas estupendas vacaciones navideñas. Este año lo he hecho mejor, he estado en casa dos semanas. Menos tiempo se queda en nada... cuando empiezas a disfrutar se ha acabado.
Volé hacia la madre patria el 16 de diciembre, por suerte un par de días antes de la huelga de Iberia.  Siempre tienen que tocar las narices por las mismas fechas. Ellos y Renfe, que también han debido tener algún día tonto estas navidades. 
A pesar de no haber huelga alguna peripecia me tenía que pasar, ¡cómo no!. Iba todo en hora, embarcamos sin novedad, y cuando ya estábamos sentaditos cada uno en su asiento y con los cinturones de seguridad abrochados suena el típico din don din y... "les habla el capitán, debido a un problema eléctrico con las luces en el aeropuerto de Arlanda no se permite despegar a ningún avión. Esperamos que se resuelva pronto este incidente y podamos comenzar el vuelo". Así que allí nos dejaron, encerraditos en el avión porque no había luces en las pistas y los aviones habrían parecido coches de choque... y no era plan. Y el "problemita" tardó en resolverse... ¡UNA HORA!. Así que me eché una siesta mientras tanto hasta que por fin despegamos. 
El vuelo sin novedad, con la ya típica falta de alimentos y bebidas gratuitas. Yo, que a veces hasta soy previsora, me había comprado una magdalena del tamaño de mi cabeza y una botella de agua, así que tuve buen aporte de glucosa hasta que llegamos a Madrid. A las cuatro horas, cuando ya estábamos encima de Madrid, otra vez el din don din y... "les habla el comandante, por problemas con el tráfico aéreo por el momento no tenemos permiso para aterrizar". 
Así que nos tocó estar otros 40 minutos dando vueltas sobre la capital... como aquella especie de pelota que tenía un palo con un agujero, metías un pie por el agujero y le dabas vueltas y saltabas. No consigo recordar el nombre del que había en los 80-90 (¿os acordáis vosotros?), lo único que he encontrado en internet es esta versión Hello Kitty. Pues lo mismo hizo mi avión, pero sin palito y mucho menos divertido. 

Por fin conseguí llegar a Madrid después de 6 horas en un avión en lugar de las 4 teóricas. Eran como las 9 de la noche y como llegué con un ansia de comida española desbordante mi hermano me llevó a comer jamón, croquetas, salmorejo... y me quedé mas feliz que una lombriz después de una tormenta. 
Después estuvimos un poquito de fiesta por los Madriles, tomando gintonics de diseño en bares cutres y rodeados por gente del "artisteo". Muy divertido, ¡me encanta esto de descubrir bares nuevos!.
Al día siguiente, sábado, bajamos a comprar los regalos de navidad y estaba la puerta del Sol que daba miedo de tanta gente. ¡Qué agobio, por zeus!. Le hice una foto a la cola de gente que había en la Doña Manolita: daba la vuelta a la esquina y subía toda la calle, ver para creer. 
Comimos por la zona de Ópera y entre la comida y bebida del día anterior, y la del sábado que no me cayó bien, mi estómago se cabreó. Esa noche pensábamos ir al teatro por el centro, pero mis tripas no estaban por la labor. A pesar de eso... seguía teniendo hambre, y como soy lo peor y mi hermano me llevó a un asturiano estupendo a cenar, otra vez nos pusimos "hasta las patas" a base de cecina, pulpo y empanada de chipirones en su tinta. Qué cosa mas buena, ¡nunca había pensado que se pudiese hacer una empanada negra!. Tras el "cenorrio" nos vimos la última de Polanski en versión original (lo sé, todo muy cultureta, estaba el cine lleno de "gafapastas"). 
El domingo tocó latinear a mediodía evitando los bares de turistas (no es cuestión de dejarse el sueldo en una ración de jamón). El pequeño J. me llevó a un sitio enfrente del famoso Botín, que se llama bodegas Ricla y las tapas están de muerte natural y a unos precios bastante razonables. Recomendación: pedir la tapa de cuchara, ese día tenían alubiones y ¡estaba riquísimo!. Después, tetería con M. y compañía, muchas risas, tarta, gintonic y naranjas chinas. Paseo posterior, comprar regalitos, luces navideñas y vuelta a casa. 
El lunes mi padre tenía que bajar a Madrid, así que aproveché para irme luego con él a Soria. 
Ya en casa, como siempre, gran recibimiento de los perris en el jardín, que casi me hacen rodar por el suelo, cariños de mami y cena en familia.

La semana de navidad fue de típicos reencuentros con familia y amigos, cañas por las tardes, recados, paseos.. y sobre todo SOL, solazo soriano en grandes dosis para guardar reservas cuando volviera a Suecia. Creo que ya tengo suficiente vitamina D hasta la próxima visita a España. 

Y sin comerlo ni beberlo (juas!) llegaron nochebuena y navidad. No podían faltar las cañas y champanes en el mogollón de la Herradores con mis sorianos antes de la cena de Nochebuena y antes de que Dieguito salga de la tripa de su mamá. También salimos un ratito el día de Navidad por la noche, aprovechando que el lunes era festivo. Así terminé de encontrarme con los que todavía no había visto. Entre unas cosas y otras hice millones de fotos, algunas un tanto calamitosas y otras muy artísticas por la zona de San Saturio que, de todos es sabido, es mi preferida.

La semana siguiente hice dos visitas al dentista (que dejó temblando mi cuenta corriente) y una escapada a Salamanca. Fue también escapada de reencuentros: estuve con mis biólogos (a algunos hacía mas de dos años que no veía) y fue genial volver a vernos y ponernos al día. Espero que lo repitamos todas las navidades y ¡que no dejemos pasar tanto tiempo antes de la próxima "quedada"!. 
El miércoles mi reencuentro fue con la gente del laboratorio, los exiliados como yo, los que aún están ahí y las nuevas generaciones. Mucha comida, muchos achuchones y muchas risas. Así quedó instaurada oficialmente la cena de "supervivientes" para el día 28 de cada diciembre. Ahí estaré también este 2012 con permiso de la autoridad y si el tiempo lo permite. 

Y volví a Soria para quemar los últimos días de vacaciones tomando el sol y disfrutando de estar en casa. En nochevieja dejé a los niños encaminados hacia el cotillón y yo me retiré a tiempo porque al día siguiente mi señor padre tocó diana para marcharnos todos a Madrid. Yo volaba el día 2 a primera hora y era lo más fácil estar ya allí que ir desde Soria. Así que pasamos el día de año nuevo comiendo platos peruanos con música en vivo y paseando por Madrid. 

Y de esta manera, sin previo aviso, se acabaron mis vacaciones. Creo que este año han estado muy bien aprovechadas. He hecho muchas cosas y visto a mucha gente, no todos los que me gustaría, pero he hecho lo que he podido con los días que tenía.

Supongo que volveré a España en Semana Santa, entre otras cosas porque tengo asuntos pendientes con el dentista. Menos mal que faltan tres meses, ¡así puedo ahorrar para el nuevo atraco!. 

Espero que también hayáis tenido unas buenas navidades, y que el 2012 pinte bien para todos. Para empezar, ¡suerte con la lotería del niño!.

jueves, 17 de noviembre de 2011

Actualización otoñal

Jelouuuu pueblo!! He decidido volver al blog por dos motivos: el primero, porque la gente me dice que soy una petarda y no escribo ya nunca; el segundo, que hoy me toca "laundry" y estoy más aburrida que una mona mientras espero a la lavadora. Así que he pensado, "es el momento perfecto de escribir alguna peripecia".
Lo último que os conté fue mi visión del Midsommar "Estocolmiano" y ahí se quedó esta pobre página en suspenso... hasta hoy. Como cantaba Sabina cuando le dieron las tantas: "el verano pasó y el otoño duró lo que tarda en llegar el invierno". Ahí estamos ahora, en una extraña interfase otoño-invierno. Digo extraña porque no hace ni la mitad de frío que el año pasado, y no hay nada de nieve. Pero... hace sol. Así que es uno de los noviembres mas extraños que la gente recuerda. El invierno pasado también lo fue, por la cantidad ingente de nieve que acumulamos. Creo que nunca había nevado tantísimo en Estocolmo capital.

Tuvimos un otoño espectacular con todas las tonalidades entre el amarillo intenso tipo "patito de goma" al rojo pasión de la laca de uñas ochentera. Además, había un montón de arbustos y árboles con bayas variopintas (casi todo pelotitas rojas, que aparte de escaramujos y "lingon", ni idea de lo que era el resto). Así que por fin he encontrado un lugar con un otoño que me guste. Es una estación a la que nunca le he tenido mucho aprecio, por aquello de que llueve y se te mojan los pies y porque no hace ni frío ni calor. Más bien, hace mucho frío por la mañana y mucho calor a mediodía, lo que te lleva al típico atuendo en plan cebolleta con un montón de capas que te vas poniendo o quitando según la hora del día.
Así que me ha sorprendido gratamente el otoño de Estocolmo, porque a pesar de la lluvia, la temperatura es mucho mas estable que en España por estas fechas y no hay esos cambios bestiales de hasta 20ºC en el mismo día. A la mayoría de los que lean estas líneas les envié el enlace con las fotos otoñales, así que os podéis hacer una idea. Para los que no lo recibieron, no tienen mail o simplemente pasaban por aquí, os dejo un par de instantáneas que lo retratan bastante bien.



Mis padres estuvieron de visita y les encantó, fue justo a tiempo porque ha sido visto y no visto. Cuando estábamos disfrutando de los colores de los árboles y los paseos, en una semana se cayeron todas las hojas y se quedaron los árboles más pelados que un mileurista a fin de mes. Así que en seguida pasamos a las ramas tenebrosas de los árboles invernales y al "crunch crunch" del pisar las hojas caídas.
Y cuando estábamos en esta tesitura de dejar entrar al invierno poco a poco... llegó el día de todos los santos. No hablaré de Halloween porque es un invento importado de USA y no tiene unas raíces reales aquí, aunque a la gente le encante. Se veía mucha gente disfrazada, eso sí. Bueno, a decir verdad, había gente que no sabría decir si son góticos en su vida diaria o les pasa como a mí, que tengo cara de zombie todo el año... en fin, otro misterio sin resolver.
Lo más curioso de esta historia es que celebran el día de todos los santos unos días mas tarde: el  sábado que caiga entre el 31 de octubre y el 6 de noviembre. Parece ser que originalmente se celebraba el día 1 como en todas partes, pero en 1953 se cambió de sitio para tener un festivo mas... porque se consideraban los sábados laborables.
Aparte de eso, las costumbres son las mismas, la gente va al cementerio y suelen llevar velas y dejarlas encendidas, aunque algunos también llevan flores. Aprovechando la ocasión fuimos a visitar un cementerio enorme que es patrimonio de la Unesco y se llama Skogskyrkogården. Es como llegar a un bosque de la zona de Pinares en el que han plantado varias capillas y las tumbas son al modo inglés, con lápidas pequeñas de piedra y sin los angelitos, vírgenes y horrores varios de mármol que ponemos en España. Así dan luego tan "mal rollo" los cementerios allí, que además están todas las tumbas súper juntas y uno anda con miedo de no pisar al tío abuelo de alguien...

Continuando con mi historia, que me voy por los cerros de Úbeda, allí que fuimos con otros cientos de personas (teníais que ver el metro, parecía aquello Tokio en hora punta) a dar un paseo y ver el lugar. Llegamos a eso de las 3:30, y ya estaba muy oscuro. A las 4 era de noche, lo cual lo hacía muy bonito con todas las velas encendidas, pero muy poco práctico porque no se veía un pimiento y, en un lugar tan gigantesco, era francamente difícil orientarse y conseguir nuestro propósito, que era encontrar la tumba de Greta Garbo. Al final, después de dar mil vueltas y preguntarle a Estocolmianos que estaban tan perdidos como nosotros, pero buscando a sus propios parientes, conseguimos dar con ella preguntándole al guarda de una capilla. Su lápida como ella, elegante y sobria, solo la firma, sin fechas ni parrafadas absurdas. Os pongo la foto en cuestión y otra de las velitas para que os hagáis una idea.

Y creo que con esto ya vale por hoy. Una actualización otoñal. A ver si cumplo mi palabra y la semana que viene os cuento algo mas...
¡Lo intentaré!

viernes, 8 de julio de 2011

No estaba muerto, que estaba de parranda...

Pues eso, que sigo viva señores, aunque últimamente ande un poco desaparecida de la "blogosfera". El tema es que ahora me va a tocar hacer una recopilación "winzip" y no sé muy bien por dónde empezar... vayamos por partes. 
El evento mas importante tras la última entradilla fueron las vacaciones de verano, de las que hace ya tres semanas... ¡snif!. Me cogí las dos primeras semanas de junio para bajar a la madre patria e hincharme a jamón del bueno, cañas a menos de dos euros y achuchones de la familia y los amigos.

Mis vacaciones empezaron el 27 de mayo. Como mi vuelo no salía hasta las 17, aproveché la mañana para hacer papeleos en el centro y comprar las últimas cosas necesarias. A eso de las 14 cogí un tren desde Central Station y me fui al aeropuerto.  El Arlanda express es como el AVE pero a la sueca,  hace el trayecto Estocolmo-aeropuerto y viceversa, y sale por unos 25€ el billete de ida. Vale, es caro, pero con lo rápido que va (casi 200 km/h) llegas en 20 minutitos y por dentro es amplio, con asientos cómodos y en general parece bastante nuevo. Así que, he de darle un voto positivo por encima del bus, que es como en cualquier otro sitio, y del taxi, que sale mucho mas caro (por 50€ mas o menos). Si venís a verme y sois varias personas un taxi entonces sale por cuatro perras, pero si va uno solo, pues ya es otra historia. 

El caso es que me planté a eso de las 14h en Arlanda con mi maletita, cuando caigo en la cuenta de que me he hecho un lío con las horas y faltan 3 para mi vuelo, en lugar de 2 como yo pensaba. Se me quedó la misma cara que a Homer cuando dice eso de "D'oh!". Así que me compré una horita de acceso a Internet en uno de esos "cutre-PCs" del aeropuerto y me dediqué al facebook y a leer el periódico mientras me zampaba un bocata que traía de casa. Oye, qué rico estaba el susodicho; descubrí en el Hemköp de debajo de mi casa un pan de focaccia con aceitunas incluidas y está que te mueres muerta. ¡Qué cosa mas buena! con lo "aceituno-adicta" que soy yo...

Cuando ya llegó la hora correspondiente, facturar, control de seguridad, embarque, dos horitas volando con KLM y me planté en Amsterdam. Allí, me encontré con algunos de mis salmantinos y residentes en Salamanca preferidos, conmemorando un congreso internacional al que fuimos y que tuvo lugar allí hará unos 5 ó 6 años. El reencuentro en la ciudad de los canales y los tulipanes fue genial. El viernes noche rehicimos la típica ronda turística por el centro, descubrimos el síndrome de diógenes en algunos dueños de casas-barco y nos hicimos súper fans de Johnny Cash. 
El sábado llegaron las unidades que faltaban y el grupo de las cuatro turistas visitó un pueblo-museo monísimo de la muerte lleno de molinos que se llama Zaanse Schans. La pena, el tiempo tan terrible que nos hizo: entre el nublado, el airazo y la tormenta de última hora solo nos faltó salir volando en un aspa molinera. Pero el sitio merece la pena, además vimos a un señor que fabricaba zuecos en directo y nos metimos en uno gigante. ¡Foto "revival" que no podía faltar!. 
Por la noche, vimos la final de la Champions en uno de los pocos bares del centro de Amsterdam donde no se puede fumar. Alegría de los culés y aburrimiento del único merengue, ¡pobrecito!. Eso sí, aguantó estoicamente hasta el final del partido como un campeón. Yo, primero numantina y luego atlética, tampoco es que me afectara mucho, pero me alegré por los barcelonistas.
Y el finde holandés fue tan divertido que se nos pasó volandooo volandoooo... y de repente, estaba otra vez en un avión de KLM, esta vez rumbo a Madrid. 

Una vez en la capital del reino, A-2 camino Soria y en dos horitas estaba en casa.  Después de un último día en Amsterdam con un solazo impresionante y un pelín de insolación por estar todo el día de paseo llego a la capital numantina y me encuentro con una mínima de 5ºC. Como consecuencia, mi único linfocito se vio desbordado por la situación y me cogí un buen catarro. Era de esperar. Por suerte me pasó en la tierra de los frenadoles y las "drogas duras anticatarrales" sin receta. A ver si aprenden los suecos de cómo se les da caña a los virus, que aquí los antigripales en versión cóctel no es que requieran receta, ¡es que están prohibidos!. Con muchos kleenex encima me tomé las primeras cañas con mis sorianos y me enteré de una noticia estupenda: tendremos nuevo bebé en el grupo a finales de año. ¡Enhorabuena chicos!.

A pesar del moqueo incesante y, ante la presión de los salmantinos que no había visto en Amsterdam, pasé un par de de días en Soria y luego me marqué un viaje "express" a Salamanca: llegué el jueves por la tarde, pasé allí el viernes y el sábado volví. Fue genial la escapada: las cañas, los pinchos, el descubrimiento de ese gran bar (el "bragatanga"), las risas, la "liada" tan grande del viernes y sobre todo ¡vosotros majitos!. Gracias por seguir recibiéndome tan bien (sobre todo a J, "big L" y sus respectivos gatos ¡por adoptarme y dejarme dormir en vuestros hogares!) y no os preocupeis, que ahora vivo a 3000 km y no podré visitaros y liarla parda con mucha frecuencia.
El sábado asistí con "little E" y J a uno de los últimos partidos de liga en segunda división: el Salamanca-Numancia. Fue algo triste, porque el Salamanca ya estaba descendido y la próxima temporada jugará en 2ª B. Espero que los salmantinos vuelvan pronto a la división de plata y poder ver más derbys castellanos entre los rojillos y los blanquinegros. Tras el partido volví a Soria con uno de mis tíos y mas gente que había ido a ver el partido. Tres horas de coche y a las 11 en casa.

El domingo fue de descanso absoluto. Necesitaba pelear con mis virus en exclusiva y encomendarme a San Frenadol de todos los mocos. Esa semana tuve un par de eventos laborales que aquí no vienen a cuento (ya que este blog es enteramente lúdico-festivo), varias tardes de cañas poniéndome al día con mi hermano y mis amigos sorianos, cena y bailoteo el viernes noche y el sábado celebración pre-sanjuanera: el Lavalenguas. Resumiendo mucho, mucho, mucho, es una tarde de merienda en el monte con los amigos o la familia, chiringuitos con música típica mezclada con hits varios, cerveza y calimotxo, sol (si hay suerte) y 12 toros que hacen las delicias de los borrachos y las risas de los que los ven desde fuera. Para los que quieran saber mejor de qué va el tema que pinchen AQUÍ.
El caso es que quedamos como todos los años en el "declerc" para desayunar-almorzar y terminar de comprar el avituallamiento. Hace unos cuantos años que para facilitar la tarea encargamos la comida y así nadie tiene que cocinar, comprar...etc. y evitamos trifulcas innecesarias. Este año al final éramos como 25 personas en la lista, vamos, ¡un montón de gente!. Al final, entre la "chelito" y sus dos horas en el baño y los que fueron apareciendo después, llegamos a Cañada Honda a eso de la 13:30. La hora perfecta para tomar unas cañas, bailar unas sanjuaneras y saludar a los conocidos que había entre la concurrencia. Como siempre en estos días festivos en Valonsadero, el sol pegaba fuerte y acabé con un bonito "moreno obrero" con los hombros socarraos y el resto blanco nuclear.
El día pasó volando entre cañas, chiringuitos y "torrenillos". Lo peor fue despedirme (a alguno solo lo había visto un día y me dio mucha pena penita pena) y el hipermegamaxi-atasco que nos comimos para volver a Soria. Porque se nos ocurre a los 3000 que estamos en el monte volver todos a la vez. Así no hay manera. Gracias al iPod de mi P. estuvimos muy entretenidos con unos temazos de las "Gagas y las Britanis". Una semana me pasé cantando "Juudaaaaas Judaaaaaas Juuudaaas Judaaaaaas"...
Pude tener un pellizquito de fiestas, ya que me he quedado en Estocolmo durante los días grandes. Acaban de terminar ahora los sanjuanes, así que les mando un abrazo y un paracetamol a todos mis sorianos y amigos de los sanjuanes que han estado los cinco días de fiestas a todo tren. Yo creo que es algo en el background genético soriano lo que nos permite aguantar las fiestas de San Juan sin colapsar. Mmmm... esto da para hacer una tesis por lo menos. 

Qué más os cuento, que me he ido de fecha. Estábamos en mi último día de vacaciones. A la mañana siguiente del Lavalenguas me levanté pronto y otra vez carretera a Madrid, avión, escala en Amsterdam, avión, Estocolmo. ¡Se me hicieron taaaaan cortas las vacaciones!. Pero bueno, aproveché los dos festivos suecos que había en esas fechas, lo que significa que me quedan más de dos semanas libres aún, así que habrá unas buenas navidades este año.

Pero no todo fue terrible al volver: la primera semana estuve mas perdida que un pulpo en un garaje pero después volví a coger el ritmo, y, además, al fin de semana siguiente era la celebración del Midsommar. De esta fiesta en España solo sabemos por los anuncios de Ikea. Un poquito mas de información AQUÍ. El caso es que se celebra en el sábado más próximo al día de San Juan, pero la verdadera fiesta es el día anterior por la noche. Ese viernes es festivo, así que se crea un puente muy interesante.  La mayoría de los suecos huyen de la ciudad en este día, vuelven a su pueblo o a cualquier sitio en el campo y se quedan el fin de semana allí. Se celebra con los amigos, entre arenque marinado, patatas con eneldo y chupitos schnapps para acabar todos como Massiel y con una exaltación de la amistad bastante interesante. En los sitios rurales y pueblos pequeños aún se celebra a la forma tradicional: pingando un mayo previamente adornado con un montón de hojas y flores, con las mujeres y los niños haciendo coronas de flores para ponérselas luego y acabar todos bailando alrededor del mayo las canciones populares. Como no habíamos reservado con tiempo algún sitio en el campo estaba todo ocupadísimo y al final nos quedamos en Estocolmo. En la ciudad, el sitio donde aún se hace algo típico y van tooooodos los suecos que no han podido salir, es el museo al aire libre de Skansen.

Así que la tropa española, para no ser menos, allá que se fue. La afluencia de gente era tan bestial que al final optamos por subir andando, porque era prácticamente imposible entrar en el tranvía (eso sin contar la cola que había que hacer previamente). Ya llegando a Djurgården había más gente que en la guerra, y, al llegar a la puerta de Skansen nos encontramos unas colas larguísimas para comprar la entrada. No deja de ser un museo, así que pagas la entrada normal (unos 15€) y luego hacen cosas especiales en fechas señaladas, como esto del Midsommar o el mercadillo navideño. El caso es que la cosa fue rápido y no tuvimos que esperar mucho. Skansen es un sitio muy chulo para visitar en verano, porque se aprovecha mejor. Yo había estado en Navidad y había muchas cosas cerradas. Es lo que tiene estar al aire libre. Es algo así como un museo etnográfico en un parque enorme: han cogido casas, granjas, iglesias.... etc. antiguas (desde 1600 hasta principios del siglo XX), de distintos puntos de Suecia y las han plantado allí. Están decoradas por dentro como en teoría estaban en sus buenos tiempos y hay gente vestida también como hace tres siglos, unos soplando vidrio, otros haciendo tapices... es muy interesante. Además, hay un montón de plantas, muchas en plan jardín con los cartelitos de lo que son y un "mini-zoológico" con animales escandinavos. Muy divertido para biólogos y aficionados a estos temas.
Estuvimos viendo el museo durante todo el día, a la gente bailando alrededor del mayo, los picnics súper divinos a la sueca y las chicas con las coronas de flores en la cabeza. Gracias a R. yo también tuve una estupenda. Parecía una ninfa de los bosques, me faltaba el arpa.
Lo que más se nos quedó en la retina fue ver a 200 paisanos a la vez bailando la canción de la rana alrededor del mayo (explicación AQUÍ). Es algo así como la de los Pajaritos pero a la sueca, os pongo un ejemplo:

Así que luego estuvimos toda la tarde con el kuuuaa ka ka kuaaaa ka ka lalalalalalalaaaaaaaa en la cabeza. Es súper pegadiza, seguro que si hacen una versión española como canción del verano reventaba las listas de éxitos.

A eso de las 8 decidimos que ya era hora de dejar Skansen, así que nos fuimos a tomar una caña a un sitio divino de la muerte, a cenar a Gamla Stan y luego fui a buscar a G., estuve en un concierto de soul en el famoso STAMPEN y vi amanecer (a eso de las 3 a.m.) desde otro concierto esta vez de versiones de clásicos rockeros en el Patricia. Acabamos recenando en el McDonalds y reinventando la teoría de la evolución Darwinista. A frikis no nos gana nadie...

El resto del fin de semana "midsommariense" fue igual de entretenido: entre comer y tomar café fuera y un día de playa (un tanto frustrado por los chaparrones) se nos pasó el puente. Lo único malo de ese fin de semana tan divertido es que mi cuenta bancaria se resintió un poquito con tanta actividad lúdica.

Después, hemos seguido con el verano sueco, el buen tiempo y mas peripecias, pero eso os lo contaré en la próxima entrada para que no os aburrais de leer.

¡Prometo no tardar tanto en actualizar como esta vez!.