domingo, 13 de marzo de 2011

El deshielo

Eso es precisamente lo que está pasando ahora mismo por tierras suecas. Tras cinco meses de nieves perpetuas parece mentira que la primavera esté llegando. Bueno... hay que matizar que aquí la primavera no es como la del Corte Inglés, pero al menos hace sol (a ratos) y tenemos grados positivos.
Creo que en España nunca me había percatado de los sutiles cambios primaverales. En Salamanca y en Soria tenemos un salto casi directo del invierno al verano, vamos, de joderte de frío (mmm... ¿se puede decir joder a estas horas?) a la manga corta. Y en Badajoz tienen una especie de invierno primaveral que de repente se convierte en la chicharra más absoluta. Así que nunca había visto el proceso como ahora, poquito a poquito, como a cámara lenta. 

El lado malo es que la nieve y el hielo de las calles se ha convertido en una masa informe gris oscura  que van amontonando y da bastante asquete. Además, hay un montón de charcos y "barruchi" y llegar a casa sin mojarte ni mancharte es misión imposible. Y más para alguien como yo, con esa querencia a las manchas. Mis queridas "apestadas" pacenses se acordarán de lo poco que me duraba la bata limpia... Hablando de manchas y de descongelar, he observado un fenómeno en el que no había caído hasta que leí esto y me paré a comprobarlo. Es totalmente cierto, la gente no recoge las cacas de los perros, estos las entierran en la nieve ellos solitos y ahora que se está quitando la "capa blanca protectora" te encuentras algún que otro "ñordo" ultracongelado y hay zonas de algunos parques que empiezan a oler mal. Hace unos días, para completar mi inmersión en este fenómeno, iba paseando por una zona bastante empinada siguiendo el camino hecho en la nieve cuando me tocó pasar cerca de un perro que estaba en plena faena "defecante", con tan mala suerte de que el cánido decidió enterrar su trofeo y me lanzó una granizada de nieve mierdosa. Conseguí evitar la rociada saltando como un mono hacia la montonera de nieve. Me hundí hasta más arriba de las Chirucas, ¡pero salvé los pantalones!.

Dejemos los inconvenientes del deshielo y pasemos a las ventajas de la primavera sueca, que son... ¡todo lo demás!: hace menos frío, sale el sol (por Antequera) y tenemos más horas de luz. Es impresionante los minutos que se le ganan a la noche en poco tiempo. Para que os hagáis una idea, si en febrero la salida del sol es hacia las 8 y la puesta hacia las 16, hoy, 13 de marzo, apenas un mes después, ha amanecido a las 6:11 y anochecido a las 17:44. Lo malo es que soy como mi padre en este tema, como haya claridad en seguida me despierto. En verano, que amanecerá a las 4 de la mañana, no sé que voy a hacer... tendré que buscarme un antifaz de esos que dan en los vuelos transoceánicos. Voy a estar monísima, como la típica señora con el camisón de raso, colcha de floripondios y pelo cardado que duerme con antifaz a juego en tantas películas ochenteras. 

Lo que más voy a echar de menos es la nieve y los deportes de invierno. Hace unas tres semanas estuve esquiando en una mini-estación que hay a unos 300km de Estocolmo,  Romme Alpin. Lo tienen todo organizado estupendamente: por Internet haces la reserva de todo, incluido el material incluyendo esquíes y botas (hasta te preguntan el número de pie...). Luego, en el día en cuestión te llevan en autobús, ahí mismo reparten los "forfaits" y a la que llegas coges el material que has reservado. Por la tarde, cuando cierran la estación, de nuevo al autobús y a las 8 en Estocolmo. La estación no es gran cosa, pero para quitarte el "síndrome de abstinencia" está muy bien. Eso sí, lo que aquí llaman montañas para nosotros son colinas. ¡Es muy llano!. De hecho, los suecos se van a esquiar a los Alpes. Con deciros que las pistas negras de esta estación eran como las rojas de los Pirineos...

Aparte del esquí, la semana pasada fuimos a patinar sobre hielo en un lago que se llama Norrviken. Yo había probado muchas veces con los patines típicos que llevan una bota y la cuchilla "pegada" abajo. Bueno, pues en este sitio, te alquilan unos patines rarísimos, que son como unas botas ortopédicas a las que luego con una cuerda les atas unas cuchillas gigantes que llevan el hueco para poner los pies, en plan fijaciones de esquí. El tema es que mover esos cuchillos jamoneros con gracia es difícil de narices.  Sobrevivimos a la prueba con el viento en contra, algún hombro fuera, unos cuantos aterrizajes forzosos en los montones de nieve de los lados y muchas risas. Con el buen tiempo que está haciendo igual no podemos volver a ir, porque empezará a ser poco segura la capa de hielo. Y paso de acabar trepando desde un agujero de agua helada clavando unos "pinchicos" en el hielo... Lo bueno es que aún podremos ir durante un tiempo a las pistas artificiales que hay por la ciudad ¡y patinar con 2ºC no tiene nada que ver a hacerlo con -10ºC! Espero comprarme unos patines en las rebajas de las tiendas de deporte, ahora que están al 50% las cosas de esquiar y demás ítems invernales y seguro que están baratos. 

No recuerdo qué más tenía pensado contaros... será porque mis tripas piden la cena y no me llega suficiente glucosa al cerebro. Así que, antes de que me dé una hipoglucemia me voy a comer algo.

¡Seguiremos informando!.