He de resumir lo que ha pasado en dos días, porque he mentido un poco y no he escrito diariamente.
Hoy es sábado. Aquí los fines de semana son parecidos a España. El sábado hay ciertas cosas que están abiertas, puedes quedar con un sueco para hablar de negocios...etc. El domingo es cuando está todo cerrado y la gente valora su tiempo en casa y en familia. Así que, como hoy puede que me reclamen dentro de un rato voy a intentar contaros cosas antes de irme.
El jueves fui a primera hora a ver a mi jefe y mi nuevo trabajo. Para ello, como estoy en la isla de Lidingö, primero tuve que coger un autobús para cruzar el enorme puente que la separa de Estocolmo centro, después un metro hasta la estación central, y luego un tren de cercanías, que aquí se llama Pendeltåg (tren péndulo). Así que mi "bautismo" sueco fue con los transporte urbanos. He de decir que funcionan estupendamente. Recuerda a Suiza o Alemania, puntuales, la gente espera a entrar al metro cuando han salido los que estaban dentro... estos suecos son muy civilizados.
En lo poco que vi durante mi ruta comprobé que en extensión es bastante grande el centro de Estocolmo, y que comparado con Salamanca o Badajoz, ahora voy a tener que moverme como en Madrid. Siempre en bus o metro. Me servirá para aprender un poco de sueco, porque, igual que en el metro de Madrid, una señorita invisible te van cantando las paradas. Nästa: Södermalmstorg (por ejemplo). Que a un español le suena como naaaaaaassta: soooodermalmstorg. Creo que las diéresis lo que hacen es alargar las vocales. Esto se pronuncia parecido, pero la mayoría de las cosas no tienen nada que ver. En mi viaje en metro...etc. también pude comprobar que el idioma no se entiende un pimiento. Suena a una mezcla entre alemán y élfico del Señor de los Anillos. Entre eso, y que la mayoría de la población es rubia, con la naricilla chata y respingona y los pómulos marcados, parecen elfos de verdad sacados de la película.Vi unas cuantas chicas con el pelo larguísimo y casi blanco que habrían servido para hacer de Galadriel estupendamente.
Otra cosa a tenor de la cuestión: no todo el mundo es rubio. El 70% de la población (aproximadamente), que son suecos de origen sueco, son todos o rubios o castaños, y la mayoría de ojos claros. El otro 30% son inmigrantes o hijos/nietos de inmigrantes, así que puedes ver africanos, indios, latinos... de todo un poco. Por lo que no voy a ser la única de pelo oscuro por estos lares. Puede que la única tan blanca de cara y con el pelo tan negro si. Esa combinación no es muy frecuente.
Sigamos con la historia que me estoy yendo por los cerros de Úbeda.
Donde voy a trabajar no es el Karolinska del centro, que está en la zona de Solna, sino el que está en un barrio del sur, en Huddinge, aunque mi parada de tren/autobús es Flemingsberg (una mas que Huddinge centro). Nada mas bajar del tren, con el sol estupendo que hacía el jueves, la vista de las vías y los árboles otoñales parecía otro "wallpaper" robado a windows. Al subir las escaleras mecánicas y salir a lo que es el campus, me recibió una plaza redonda con un edificio semicircular que tiene una cafetería enorme, una biblioteca y más cosas que no se ven desde fuera. Enfrente, una librería con todo lo necesario para los estudiantes. El pavimento de la plaza redonda es de pizarra u otra piedra negra muy parecida, y, justo en el centro, ¡¡ hay un roca gigante con árboles y todo !!. Es como si hubieran plantado en medio de la plaza un trocito de Pirineo, o una de las rocas grandes de Valonsadero donde trepamos para ver la Saca (para los sorianos). Sólo faltan las cabras montesas. Me quedé de pasta boniato cuando lo vi. ¿Cómo se las apañaron para ponerla ahí en medio? Igual ya estaba e hicieron la plaza alrededor... tengo que preguntárselo a alguien.
Cruzando la plaza redonda se ve un edificio grande donde pone en letras enormes: KAROLINSKA. Eso es el hospital, que aquí se dice sjukhus, y se pronuncia algo así como "shiujus". En frente, unido por unas pasarelas y un puente, está el edificio Novum, que será mi lugar de trabajo de ahora en adelante durante los próximos dos años. En el hall había quedado con mi jefe, un español que lleva tantos años aquí que es casi sueco. Estuve viendo el laboratorio y me presentaron a un montón de gente de quien no recuerdo casi ningún nombre, como me pasa siempre. Comimos en la cafetería de abajo y, con material para leer en estos días y a la espera de empezar el lunes que viene, me marché de nuevo hacia el centro. Aproveché para hacer fotos porque salió un día de sol increíble.
Por la tarde quedé con un conocido de mi padre que lleva más de 25 años en Suecia. Aunque es latinoamericano, así que pude entenderme en español perfectamente con él. Frente a un café me explicó las particularidades del sistema de alquileres sueco, lo que me pueden pedir y dónde me tengo que fijar para que no me engañen. Fue muy útil.
Después, me acompañó a ver un posible piso. Tenía cosas buenas y malas, y, a la espera de ver algún otro, todavía no me he decidido ni he dado una respuesta definitiva.
Tras un primer día intensivo, cogí de nuevo el metro y el bus y volví al calorcito del hotel agotada pero contenta con cómo me había ido el primer contacto con Estocolmo.
Ayer viernes estuve también dando una vuelta por el centro pero no pude ver más pisos, fue un día más tranquilo. Lo más llamativo fue la pedazo de nevada que había caído durante la noche, y la ventisca que había cuando me levanté. Menos mal que no tenía que ir a trabajar, porque debía hacer un frío bastante importante. Sin embargo, después salió el sol y quedó un día precioso. He de decir que los suecos se parecen un poco a los sorianos, ayer habría un par de grados como mucho y estaban en la plaza de Sergels Torg sentados en los bancos y en las escaleras "tomando" el sol. Nosotros no somos tan exagerados, ¡por lo menos 10 grados para ponernos a tomar cañas en la Herradores!. Respecto a esto me quedé de piedra al ver a algunas chicas ¡¡ SIN CALCETINES !!. Creía que eso sólo lo hacían las señoras mayores sorianas. Otra cosa que demuestra lo adaptados que están a su clima: no moquean. Yo me pasé el día pañuelo en mano, porque entre el catarro y los cambios frío/calor del bus y el metro a la calle, tenía mocos para dar y regalar. Allí nadie se sonaba, ni tenían la nariz enrojecida por tener siempre un "kleenex" rozando. ¿Será que se sorben los moquillos? ¿se suenan cuando van al baño? ¿se los comen a escondidas? La respuesta a estas y otras preguntas, en próximos capítulos.
Poco más que contar, que ya me he extendido bastante y no quiero aburriros. Novedades de hoy: que mi catarro soriano se ha aliado con el tiempo sueco y estoy un poco pachucha. Voy a darme una ducha y cruzar los dedos para encontrar un piso prontito.