lunes, 14 de febrero de 2011

Indiana Jones en busca del personnummer

Últimamente no estoy nada inspirada queridos. Pero esta última peripecia la tengo que contar en pro del bien común, porque igual que a mí otros muchos están y han estado pasando penurias para conseguir el bendito número de identificación sueco y poder llevar una vida normal. El numerito de marras es necesario para desde comprarte un móvil de contrato hasta hacerte una cuenta bancaria pasando por apuntarte al gimnasio. Es necesario para todo eso y mucho mas. Sin él no cuentas como verdadero residente en Suecia. 
Empecemos por el principio, para tener uno de estos números, ¿qué hace falta?
Primero y principal, demostrar que vas a vivir como mínimo un año en Suecia y tener forma de comprobarlo: un contrato de trabajo en vigor o una beca de estudios o algún tipo de papel que demuestre que vas a estar aquí no como un turista sino como un ciudadano activo. Si eres estudiante con algún papel de la universidad debería valer. Si no tienes contrato como tal, un papel de tu jefe explicando en qué trabajas y quién eres también servirá. En mi caso, un contrato de dos años era más que suficiente para poder pedirlo. 
Peeeeero, antes de poder hacer la solicitud, hay que pasar por inmigración. Como ciudadano de la UE tienes derecho a residir en cualquiera de los países miembros, pero necesitas que te hagan un papel que diga: "de acuerdo, estás aquí, eres española, te puedes quedar". Eso si te vas a quedar mas de tres meses, para menos tiempo no es necesario porque se supone que eres turista. Lo bueno de esta gestión es que ahora se puede hacer por internet: vas a la web del "migration board" y allí están los formularios para el registro "online". Parece fácil, ¿eh? Pues no creáis, que la maldita página solo funciona con internet explorer, así que después de llevar medio proceso hecho con el firefox, me tuve que bajar una versión cutre del explorer en mi mac. Aquello se colgaba cada dos por tres, no guardaba los datos... lo tuve que repetir tres o cuatro veces. Cuando por fin recibí el mail de confirmación del registro no estaba segura de si se había procesado bien. De esa gestión obtienes un número de registro (como el número de reserva cuando compras un vuelo por internet), y con él puedes ir consultando en esa página el estado de tu petición. Después, cuando tienen la resolución, te mandan una carta a casa por correo ordinario con el resultado.

Yo pensaba que para gestionar el personnummer necesitabas esa carta, pero una amiga me dijo que se podía ir haciendo en paralelo, porque han unido las bases de datos de Hacienda y de inmigración, o algo así, vamos, que ahora están en comunicación. Así que cogí la copia de mi contrato y mi pasaporte y hasta allá me fui, a la oficina de Skatteverket (Hacienda en versión sueca) en Klara Vattugränd. Es una de las oficinas más céntricas y estaba llena hasta la bandera. Ahí es donde me di cuenta de que realmente soy una inmigrante, en ese maremágnum de rostros cansados de todas las nacionalidades, colas interminables y formularios incomprensibles (los que no tenían versión inglesa).
Cuando por fin me tocó el turno, una señora sueca cuya edad rondaría la de jubilación, cogió mis papeles, me ayudó a rellenar otro par de formularios y en un plis plas habíamos terminado. Me fui muy contenta de lo rápido y fácil que había sido. La respuesta me llegaría a casa en un plazo de dos a cuatro semanas. Esto fue el día 15 de diciembre, así que calculé que al poco de volver de vacaciones tendría en mi casa la carta. 

Me fui, volví, pasaron las navidades se quitó la nieve y mi no me llegaba nada de nada. Decidí darle un poco más de tiempo. 

A todo esto, no me había llegado el cheque del mes de diciembre (como no tenía personnummer, no podía abrir una cuenta en el banco y me mandaban la nómina en forma de cheque). Pensé que habría sido un "traspapele" y en enero si tampoco me llegaba pues habría que tomar medidas. 
Pasaron los días de enero, llegó el 25, que es el día que aquí se cobra, y no había aparecido ni la carta de inmigración, ni el personnummer ni mi sueldo. Yo cantaba aquello de oh! oh! wait a minute mister postman... pero no surtió efecto. Tan supuestamente eficiente la administración sueca, pensaba yo, y ¡mira cómo me tienen!. Así que al día siguiente (que para más INRI era mi cumpleaños) le comenté a mi jefe lo del cheque, hablamos con la secretaria y todo parecía estar bien: mi dirección era la correcta, tengo el nombre en la puerta (donde está el buzón)... ¿qué estaba pasando?. Resulta que la culpa de todo este atasco administrativo... ¡¡la tenía el cartero!!. Al parecer al entrar a vivir a una casa tienes que registrarte en la oficina de correos de tu nuevo barrio. Si no, aunque tengas el nombre en la puerta, como no constas en su libro de vecinos, pasan de todo y devuelven las cartas. Bueno, según mi jefe  no es necesario y simplemente me tocó el cartero más gilipollas de Estocolmo... no lo sé, me lo llego a encontrar en caliente y le doy un derechazo soriano que se iba a enterar de si existo.

Así que la secretaria del departamento ya habló con la oficina de correos, les dijo que sí, que vivo ahí de verdad de la buena y me apuntaron en su libro gordo de Petete. Tuvieron que pedir duplicados de los cheques al banco y a los dos días me llegaron. Resulta que además debía haberme llegado la carta de inmigración, pero también la habían devuelto... grrrrrrrrrrrrrrr... 
Respecto al personnummer recibí una carta a la semana o así, en la que me decían "se le ha denegado la petición de residencia permanente". Pero ¿quién quiere ser residente permanente? ¡¡¡Eso no es lo que yo había pedido!!!. Además, ponía que me habían mandado una carta en diciembre, se la habían devuelto, otra en enero y también devuelta... en resumen, un desastre. Así que tuve que volver a bajar al skatteverket (esta vez me tocó el número 801, ojo al dato) esperar y contarle mi vida a una chica muy maja que me hizo los papeles en un momento, aunque tuvo que ser todo el proceso de nuevo otra vez. Esta chica me dijo que probablemente el problema es que no había llevado la carta de inmigración, y por eso me lo habían denegado, no por el malentendido de la residencia permanente.  Así que aunque en teoría ahora vayan en paralelo las dos entidades en la práctica es mejor llevar ya hecho el trámite de inmigración. He de decir que esta chica resultó ser la eficiencia personalizada, porque a los tres días tenía en casa por fin el maldito personnummer
Así que ya puedo abrir una cuenta en el banco y evitar problemas con el tonto de mi cartero que se queda con mis cheques (y total para no poder cobrarlos...). 
Menos mal que lo más gordo de papeleo ya lo he hecho, porque todo esto ha sido, como diría mi Triniá: ¡de coña marinera!.